domingo, 11 de diciembre de 2011

Él iba a ser militar y ella iba a ser senadora.


Gabriela y Juan Carlos, se miraban todas las mañanas a través de la ventana, sin conocerse, se sonreían de edificio a edificio, desde sus dormitorios de la universidad. Ella, era una estudiante ejemplar, dedicada al servicio comunitario, y presidente de muchos comités. Increíblemente bella siempre sonriente. Él, quería convertirse en piloto de guerra y luchar por su país, como lo hicieron su padre y su abuelo. Era reservado, jamás se integro a su grupo de clases. La única persona a la que le sonreía era a Gabriela. Era como si tuviese miedo de acercarse a la gente, guardaba un secreto.
                Ambos tenían miedo, nunca se habían visto de frente aunque se esperaban diariamente en la ventana. Ella se tomaba un jugo de naranja, feliz por comenzar su día. Mientras que él, se tomaba un café negro, ansioso de que terminara. Sin saberlo, la muchacha de otro lado de la ventana se estaba convirtiendo en su fe. Y el misterioso hombre de los ojos azules se convertía en su amor.
                Una mañana, se hicieron señas para encontrarse abajo, frente al gran árbol que los dividía. Ella se puso más perfume del usual, se recogió el cabello y se preparó para bajar. Él se cambió la camisa dos veces y cuando al fin bajó, no dejaba de sonreír. Su actitud causo sorpresa en sus compañeros y eso que aún nadie sabía con quien iba a encontrarse. Juan Carlos la esperó abajo del árbol casi sin poder respirar, cuando Gabriela descendió por las escaleras, lo vio y aceleró el paso. Se saludaron con timidez, con nervios de enamorados, sin jamás haberse hablado, sentían como una extraña sensación de afecto los invadía.
                Pasaron horas sentados en el banco, descubriendo que tenían mucho en común. La atracción fue instantánea, cuando empezaron a hablar fue como si algo encajara entre ellos, algo que habían estado buscando sin encontrar. Sin que se dieran cuenta todos los miraban asombrados, se preguntaban cómo se habían conocido. Pero ellos estaban absortos en esa sensación de plenitud que hacía que todo lo demás desapareciera. Él iba a ser militar y ella iba a ser senadora. Se iban a enamorar con locura, jamás se iban a olvidar el uno del otro. Juan Carlos iba a morir en batalla y Gabriela iba a vivir el resto de su vida honrando su memoria. 

sábado, 10 de diciembre de 2011

Carlota

` Mi mente no dejaba de girar. El miedo y la incertidumbre se apoderaban de mí. Era mi cuerpo, el cuerpo con el que esta mañana había abrazado a Carlota. Ahora nunca más la vería. Nunca le dije que la amaba, tenía miedo y nunca se lo dije cuando sabía que lo sentía. Fui un cobarde mientras viví a su lado. Entonces la vi, venía llorando hacía mi cuerpo. Lo abrazó tan fuerte como si aún tuviese esperanzas de que despertara.
Se quedó mirando al lugar desde donde la observaba, desde donde observaba todo, muerto. Pensé que sabía que estaba allí. Luego bajo los ojos hasta mi cadáver y lo besó. En ese momento entendí que no me veía y que nunca más podría verme. Un policía la alejo de mi cuerpo, mientras yo gritaba y nadie me oía, subieron mi cadáver a una camilla y me metieron en una bolsa. Me sentí vivo hasta el instante cuando vi de frente los ojos tristes de Carlota. En ese momento de verdad estuve muerto, entonces desaparecí.

El verdadero sueño era encontrarla.


          Tengo la maleta lista. Estoy en la puerta dispuesto a partir, por fin, mi taxi ha llegado, no lo podía creer. Estaba a punto de cumplir mi sueño. O por lo menos lo más cerca que llegaría a estarlo después de la muerte de mi Amanda. Ella me hizo prometerle antes de morir, que nunca renunciaría a nuestro sueño. Tengo 64 años y al fin voy a alcanzar la meta que me tracé, bueno que nos trazamos esa tarde cuando apenas éramos novios.
         Disfrutamos de los más bellos años de casados, hasta que mi Amanda enfermó. El cáncer la fue apagando poco a poco, lo más duro para mí fue ver la luz escaparse de sus ojos cada día. Mi esposa era creativa, impulsiva y tenía una capacidad de hacer mi vida más fácil, con tan sólo sonreír. El día que la perdí el mundo perdió su color. Murió entre mis brazos, en nuestra cama, en el hogar que habíamos construido. En sus últimos minutos de vida me hizo prometerle que nunca me rendiría y ahora haré este viaje por los dos.
         Han pasado 7 años desde que la perdí. Renuncie a mi trabajo, tengo dinero para vivir tranquilo el resto de mi vida. Lo que no le di a Amanda fue tiempo y de eso me arrepentiré siempre. Lo que me había faltado estos últimos años para viajar era el valor para enfrentar la vida sin ella. Pero por fin hoy estoy decidido a irme. No quisiera ir a reunirme con ella sin haber cumplido mi promesa. Ya estoy en la línea para abordar y sólo pienso en ella. Deberíamos estar aquí tomados de la mano. El avión acaba de despegar, por la ventana veo como me alejo del lugar donde nací, donde la ame, donde la perdí. Y me acerco a cumplir nuestro sueño.
Son 9 horas de viaje, a mi lado se sentó una pareja de jóvenes, se ven muy enamorados, están llenos de vida y de ilusiones. Y yo sólo quiero alcanzar el final y reunirme con ella. Él es un caballero y ella es muy cariñosa, parecen recién casados, sus anillos están muy brillantes y parecen querer mostrarlos a casa instante. Al poco rato me quede dormida.
Al aterrizar en Roma, me registré en el hotel que ella eligió. Descansé toda la noche. En la mañana me fui caminando hasta la fontana Di Trevi. Las lágrimas empezaron a correr, era nuestro sueño y ella no estaba. Tomé una moneda y la lancé, desee estar con ella. Volví al hotel. Me acosté, cerré los ojos y ahí estaba ella. Al fin juntos.  

lunes, 14 de noviembre de 2011

Porque el miedo es la segunda cosa más poderosa en el mundo.

Cuando Victoria consiguió el diario de Cristina jamás pensó que sus palabras la impresionarían tanto, que marcarían la diferencia en su vida. Después que Victoria leyó los pensamientos de su hermana, la entendió un poco mejor, la amo aun más y se prometió a si misma que jamás se conformaría, que sería feliz por las dos. La muerte de Cristina la había destrozado pero en sus palabras pudo encontrar consuelo. Su vida cambio ese día, esas páginas la guiarían hasta la felicidad. Esto fue lo que leyó:
“Porque el miedo es la segunda cosas más poderosa en el mundo, me invade cuando estoy pensando en el futuro, ¿quién voy a ser? ¿Quién quiero ser? En lo que debería hacer todos los días para convertirme en la persona que quiero y no hago, en los sueños que dejo de perseguir, en que no me esfuerzo lo suficiente. Entonces tengo miedo de que en 5 o 10 años, todo sea un fracaso y no pueda construir una familia, no consiga un trabajo que me guste, no viva en el país que sueño. Tengo miedo todos los días, de no poder enamorarme, y de no llenar las expectativas que tienen mis padres y amigos de mí. No conseguir lo que todo el mundo espera que alcance.
Es difícil tratar de luchar contra ese sentimiento a cada instante, contra el sentimiento de que no eres lo suficientemente buena o no vas a alcanzar las cosas que quieres. Pensar que no vas a conseguir a alguien que amas para compartir la vida, porque lo más importante es tener el valor de perseguir tus sueños.  Y no debemos conformarnos con una persona a la que queremos, no basta querer a alguien, tienes que amarlo, estar dispuesto a dar la vida por esa persona que está a tu lado, y el que se conforme con menos está equivocado, la felicidad uno tiene que perseguirla.

No debemos conformarnos, eso es lo que pasa con esos matrimonios infelices, son dos personas que se conformaron con estar al lado de alguien que no aman, que no aman lo suficiente como para luchar todos los días para hacerlo funcionar, o se quedaron atrapados en un trabajo que no les gustaba, que simplemente se conformaron y vivieron morir sus sueños poco a poco.  No debemos conformarnos con no ser felices debemos conseguir la manera de lograr nuestros sueños porque dije que la segunda cosa más poderosa del mundo es el miedo y es lo que nos mueve a la mayoría, pero lo más poderoso en el mundo es el amor.
Tengo miedo de no ser lo suficientemente buena para mis padres pero también sé que me aman y por eso intento ser mejor todos los días, ellos me hacen sentir segura, me hacen sentir bien, son mi única esperanza de que todo va a estar bien. Y bueno todavía no he conseguido a alguien que amo para compartir mis sueños, realmente estuve en una relación donde me había conformado pero deje de hacerlo, busco más, busco felicidad. Deseo estar al lado de alguien que haga que mi corazón se detenga cada vez que lo vea, que sienta que quiero correr a abrazarlo aunque sólo esté a una cuadra de distancia y lo esté viendo caminar hacia mí. Que cada segundo cuente, que cada segundo haga la diferencia, que el lugar más seguro del mundo sea entre sus brazos.  Y sí, el amor es lo más importante del mundo porque uno puede alcanzar la riqueza, puede triunfar y ser famoso pero si al final del día llegas a tu casa y te encuentras solo sin nadie a quien amar, realmente no sé si habrá valido la pena.

Lo que tenemos que hacer es no conformarnos, no conformarnos nunca con no ser felices. Buscar la felicidad en todas partes y cuando la conseguimos no tener miedo de hacer lo que sea necesario para conservarla, y con “lo que sea necesario” no me refiero a herir a otras personas, a pasar por encima de nadie o a mentir, sino a pasar por encima de nosotros mismos, de nuestro orgullo, de nuestra intolerancia, de nuestra manera de ver el mundo y hacerle un espacio a la manera de alguien más de ver el mundo, a la opinión de alguien más, a los sueños de alguien más. Y en base a sus sueños y mis sueños construir una meta y alcanzarla. Y esa meta no va a ser la felicidad, porque la felicidad no es un destino sino un camino. La meta va a ser una larga vida juntos.”

domingo, 13 de noviembre de 2011

El amor es ese sentimiento que te dice que no puedes vivir sin alguien.

   Todo en la vida se acaba pero ¿Qué hace uno con el vacío que se adueña de nosotros? ¿Cómo evitamos las lágrimas y el dolor? Ese sentimiento de que debió ser diferente no desaparece, nunca desaparece. Sólo lloro cuando creo que las cosas salen como no deberían, cuando un amor se acaba por las razones equivocadas, cuando alguien se va sin querer irse en verdad, cuando el corazón me dice que está mal. 

   Entonces ¿Qué se hace con el vacío? No debió ser así, ese era el ultimo símbolo de esperanza que tenía en mi vida. Aprendí que el amor es lo más importante en la vida, la gente que te ama realmente siempre te va a apoyar, no importan tus errores jamás vas a ser un fracaso si tienes a alguien que te ama por lo que eres en realidad. Lo peor de que una persona finja ser algo que no es, es que se pierde de la dicha de que alguien lo conozca. Debemos perseguir nuestros sueños y nunca rendirnos y aunque a veces todo parezca oscuro siempre vendrá la luz. No importa el tiempo que pase si el amor es verdadero podrán pasar los años, podrán haber otras personas, pero siempre tu corazón conseguirá el camino de regreso a casa, de regreso al verdadero amor. Y la espera será recompensada porque cuando tus sueños se cumplen y lo que esperas llega a ti, tu fe en todo lo demás se vuelve más fuerte porque descubres la magia de la vida. Sólo no debes rendirte ni conformarte con menos de lo que tu corazón te pide. Nunca debemos ser egoístas en el amor. A veces toma tiempo, a veces debemos esperar pacientes. Pero eso se vera recompensado. El amor correspondido es lo más bello en el mundo. Y en realidad el verdadero amor siempre es correspondido, porque es ese sentimiento que te dice que no puedes vivir sin alguien, pero que esa persona aunque esté muy lejos de ti siente lo mismo, te ama con la misma intensidad. Crean que los sueños se hacen realidad porque realmente es así. Las heridas sanan aunque hoy parezca que no, aunque hoy todo parece perdido, hay una esperanza, alguien está escribiendo esto porque en algún momento sintió lo mismo pero se recuperó. El corazón sana si lo dejas, si le das tiempo, si le das amor. 

    No hay solo una persona en el mundo para ti. Pero solamente hay una que te va a hacer sentir como el amor de tu vida. Si te conformas con alguien más y no lo esperas, tal vez te enamores pero nunca va a ser como seria con él. Siempre sentirás que te falta algo y no lo conseguirás a menos que pongas tu corazón en juego y te arriesgues a sentir al máximo. Siempre se te perderá la mirada en el horizonte y no sabrás que buscas pero es tu corazón buscando su verdadero amor. No dejes que el amor de los cuentos sea ficción para ti. No dejes que el verdadero amor sea un mito. Consiguelo y valoralo porque solo hay uno como ese en el mundo entero para ti. 

lunes, 7 de noviembre de 2011

La costumbre como consecuencia del amor.

   ¿Alguna vez te has cansado de besar a alguien? Y justo en ese momento cierras los ojos, recuerdas el principio, recuerdas que fácil era pensar en que estarían juntos para siempre, de repente te invade esa sensación de seguridad que te invadía antes al estar entre sus brazos, todo iba a estar bien si él estaba a tu lado. Luego abres los ojos, y ya no existe esa sensación, haz olvidado también lo que se siente querer correr a casa  a verlo, a estar con él.  Entonces piensas que ya no queda nada y en realidad no lo queda, porque como consecuencia del amor llego la costumbre y acabo con todo aquello que prometió ser eterno un día.
    Se perdieron en el trabajo, las responsabilidades, problemas de dinero y los hijos,  para luego encontrarse junto a alguien a quien solías conocer pero que la vida ha cambiado, ya no tiene la misma energía, ya no siente el mismo deseo, ya no le interesan las mismas cosas, se ha olvidado de ser romántico y a empezado a tratarte como algo que le pertenece y no algo que debe conquistar todos los días.
    En seguida te miras al espejo y buscas en tu rostro, la persona que eras cuando todo comenzó, y no está, entonces buscas la ilusión, la pasión y el amor que acostumbras sentir y nada de eso existe, sigues con él porque es fácil, lo conoces, no va a lastimarte, te olvidas del amor y crees que hay otras cosas más importantes, lo cual no es cierto. Pero renuncias, porque luchar representaría salir de tu zona de confort y arriesgarte de nuevo, poner tu corazón en juego otra vez, exponerte a que te lastimen y eso te asusta, así que te conformas con lo que conoces y te rindes.
   Las parejas que no consiguen la manera de evitar la monotonía y poner algo de pasión en su vida amorosa todos los días no sobreviven, o al menos no sobreviven siendo felices, no llegan a viejos amándose y pensando que hicieron lo correcto al decidir que querían estar juntos para siempre. Si la rutina los atrapa, los destruye.

¿Cómo jugar contra el destino si conoce tus más profundos deseos y los usa contra ti?.

    Todo se resumía a esa noche. Al final de aquella larga escalera, a sus cuerpos necesitando el uno del otro. Pero había demasiado miedo en el ambiente. Nada como aquellos ojos color esmeralda para olvidarlo todo, nada como aquella cinturita de sirena para querer acabar con la ansiedad. Pero a pesar de todo por alguna razón se detuvieron estáticos, y sólo se miraban, se dijeron todo con la mirada. Entonces el tiempo se acabo y ella despertó. Nada nunca había pasado. Simplemente un sueño. ¿Cómo jugar contra el destino si conoce tus más profundos deseos y los usa contra ti?.
Estoy enamorada pero no de ti. Nunca más de ti.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Carta de despedida

    Cuando pienso en que te fuiste, solo puedo pensar en todo el amor que dejaste atrás. Porque fue sólo amor, un amor que cosechaste día a día estando siempre ahí. La verdad es que el hecho de que no estés me hace sentir un poco menos segura. Porque aunque nunca te lo dijera el tenerte cerca me hacía sentir a salvo, tu bondad y tu amor hace todo más fácil y más llevadero. Me das fe en que la gente buena aún existe, porque tú eres una de las mejores personas que he conocido. 

    A veces cuando me miro en el espejo tan llena de errores, con tantas equivocaciones en mi espalda, me alivia saber que existe alguien en el mundo como tú, que me ama y no me juzga. La verdad es que hiciste nuestras vidas un poquito mejores estando cerca y nos haces querer ser mucho mejores, conseguir la bondad que tú llevas por dentro. Yo trato todos los días. Deseo que la vida no te cambie nunca, como nos cambio a todos pero es imposible, sólo espero que te haga mejor, y deseo ser un poquito más como tú. Prométeme que nunca me olvidaras primo, te lo ruego. Se feliz allá, vive la vida cada segundo al máximo. Enamorate y no importa que te lastimen, porque el amor es lo único que hace que la vida valga la pena. Quédate cerca de tu familia que siempre te amará. Y triunfa en la carrera que estudiaras. Estaré aquí esperandote cuando vuelvas. Y aunque pasen los años y poco a poco cambiemos, nos encontraremos con el mismo amor con el que te escribo esto hoy. Te lo juro.

martes, 1 de noviembre de 2011

Hasta que el corazón deje de latir.

Cuando pensamos un sentimiento es “hasta que el corazón deje de latir”, “por siempre” y nos encontramos hoy con que ya no sentimos nada. La sensación es indescriptible, para mí fue dejar de sentir. Lo había dicho: “Esto será hasta que mi corazón deje de latir” y efectivamente ese día cuando la realidad explotó en mis ojos, mi corazón dejó de latir, en ese momento estuve muerta, pero como todo en la vida ese momento paso, y así deje de quererlo.

Lo que hizo que todo se detuviera fue la realidad, yo no podía verla cegada por mis propios sentimientos. Hasta que un día le dije: -Yo lo que no acepto de ti es que te conformes con no ser feliz-. Realmente no sé como lo hace. Una persona que no lucha por sí misma y por su felicidad es incapaz de luchar por alguien más. Perdía mi tiempo esperando que esto cambiara. Nunca logré hacerlo entender que lo más importante es perseguir nuestros sueños donde quiera que estén, conseguir el amor y abrazarnos a el por siempre.
El día que deje de quererlo, lo hice persiguiendo un sueño. Me aleje de él corriendo tras un sueño, mi más grande anhelo es enamorarme completamente y ser feliz y él no está listo. Sentimentalmente es un niño asustado y yo había dejado de tener miedo hace mucho tiempo, a pesar de ser menor que él, estoy lista para asumir los riesgos que trae enamorarse de verdad, solo necesitaba estar al lado de que alguien que se arriesgara conmigo. Al descubrir que no era él tuve que alejarme, sin mirar atrás, sin arrepentimientos. Buscando la felicidad en cada segundo de mi vida. 

lunes, 17 de octubre de 2011

El final se transforma en un nuevo comienzo, siempre.

A- Y sí, me duele, me duele no tenerte al lado, me duele que estés tan lejos, me duele no verte, no respirarte. Me mata lentamente todos los días la ausencia de tu aroma en mi piel.
B- ¿Y por q nunca me buscaste? ¿Por qué no regresaste?
A- Porque más me dolía verte, amarte y respirarte, sabiendo que llevabas el nombre de alguien más tatuado en el alma. No podía seguir viviendo contigo sabiendo que jamás serias totalmente mía.
B- ¿Y si hubiese sido tu nombre el que estaba en mi alma? ¿Qué hubiese pasado?
A- Si hubiese sido mi nombre jamás me habría ido, me hubiese quedado aquí luchando por ti, porque te amo. ¿Acaso no lo entiendes?  Si me hubieses amado, yo te habría hecho feliz todos los día por el resto de tu vida.
B- Siempre quise amarte, eres perfecto, pero...
A- Lo entiendo, eres de alguien más, eso pasa, a mi me está pasando justo ahora contigo. No puedo tenerte, pero no puedo amar a nadie más como a ti. Tenía meses sin verte, he estado con otras mujeres, pero no puedo respirar bien estando a tu lado sin besarte sin hacerte mía hasta dejarte sin aliento. Estoy aquí aguantando las ganas de lanzarte en la cama y hacerte el amor. Pero a ti nadie te completa con él y a mí nadie me completas como tú. ¿Qué sádica ironía no lo crees?
B- Si te consuela no soy feliz, nunca voy a serlo, estoy rota al igual que tu, amando a alguien más, alguien que no me ama. O al menos creo que lo amo, tengo dudas. Ya no sé si lo quiero, Peter. Estoy sola, tratando de averiguar cómo vivir sin ustedes. No sé cómo explicarte lo que siento por ti. No se estar sin ti.
A- El único consuelo que podría tener es que alguien te este haciendo feliz, que alguien te haga sonreír todos los días. Mi consuelo sería que no estás conmigo porque conseguiste alguien mejor.
B- No hay nadie mejor que tu. Pensé que con estar contigo iba a ser suficiente para ser feliz, eres lo mejor que me paso en la vida, pensé que todo estaba bien, pero te fuiste esa mañana. ¿Por qué?
A- Tú creías que no notaba cuando te escapabas, pero si lo hacía. Veía muy de cerca cuando ibas a encontrarte con él en tu mente todas las mañanas, lo notaba en tu sonrisa, ese día no pude aguantar más verte soñando con él en nuestra casa. En nuestra vida siempre iba a estar él antes que yo, así que me fui, te deje con su recuerdo.
B- Lo dices como si no hubiese estado contigo, cada vez que te besé, te besé a ti, a nadie más. Cada vez que hicimos el amor, era a ti a quien le entregaba mi cuerpo. A él solo le di ese momento en las mañanas, lo demás era todo tuyo, yo era toda tuya. Jamás quise hacerte daño, es que no podía...
A- No podías evitarlo, lo sé, yo me escapo a encontrarme contigo, a besarte otra vez.
B- ¿Por qué no quisiste seguir intentando? Lo hubiésemos conseguido.
A- Porque por mucho que trate nunca pude sacarte esa sonrisa que tenias cuando pensabas en él. Me comía vivo la duda de si lo lograríamos o no. No podía quedarme, me estaba matando estar ahí.
B- Si te sirve de algo, también te amo. Te necesito más que a él.
 A- Yo lo sé, pero no es suficiente, no puedo conformarme. No me pidas que lo haga. Tengo que irme.
B- Eres la única persona que me ama complemente, y conoce todos mis defectos. Ni siquiera él los sabe. No puedo vivir sin ti. No quiero vivir sin ti. Te amo, ¿no lo ves?
A- Si me amaras no me pedirías que me conformara con los pedazos de tu alma. Lo sé, porque yo jamás lo haría contigo, nunca.  Cada vez que me necesites estaré aquí para ayudarte como ahora, pero no puedo volver a lo de antes. Adiós princesa, ha sido un placer amarte.
B- No te estoy pidiendo que te conformes, ¿es que no lo entiendes?, al fin me he dado cuenta de que vivía aferrada a un recuerdo, a un fantasma, no a un amor. Ahora es en ti en quien pienso y no en las mañanas, sino siempre, es contigo que quiero pasar el resto de mis días. Eres tú el único, dame una oportunidad para demostrarte que puedo hacerte feliz. No me escapare a ningún lado. Lo juro, sabes que puedes creerme.


Él la miro con el corazón acelerado por sus palabras, por un instante se permitió ilusionarse, soñar, luego pensó en que él jamás podría decirle esas palabras a nadie. Que su corazón era de ella, imposible cambiarlo, imposible prometérselo a alguien más.  Entonces se dio cuenta, ella lo amaba también, al fin lo tenía todo para ser feliz, al fin la tenía a ella. Se acerco a ella, la tomo entre sus brazos, la besó por fin sin dudas, sin creer que podía estar pensando en alguien más. Era suya. Nunca fue tan feliz como en ese instante.

sábado, 15 de octubre de 2011

Italia 1565

    Nuestra historia comienza en Italia en 1565, donde las noticias impresas o manuscritas habían despertado el temor de los gobernantes, quienes intentaron reprimirlas. Sobre todo los papas que se encontraban en una intensa lucha contra la reforma, y necesitaban imponer silencio a los informadores.

    Dentro de este contexto se realiza una historia aun más íntima aun más personal, es la historia de un joven adinerado llamado Mattia Giannantonio, criado en la religión católica, allegado a la iglesia, fiel a las misas y benefactor de los monasterios, culto, había aprendido a leer y a escribir con los monjes, él era un hombre sediento de información, curioso al extremo, y el mantenerse informado para él era la más ferviente necesidad. A través de las gacetas clandestinas que recibía a espaldas de la iglesia comenzó a interesarse por el tema de principal polémica en aquel tiempo, “La reforma protestante”; las noticias venían de Alemania, donde se hablaba de los numerosos problemas de corrupción eclesiástica, falta de piedad religiosa, y las ideas de Lutero donde se negaba la autoridad suprema del papa sobre la comunidad cristiana. Entre más Mattia leía más información necesitaba, a medida que leía su fe se iba debilitando, empezó a dudar de la iglesia, del papa, y de todas las autoridades eclesiásticas.

    En su tiempo en el monasterio se había hecho muy amigo de uno de los monjes, el copista principal, quien transcribía los textos pero no sabía leer, sólo se dedicaba a copiar exactamente los símbolos sin conocer el contenido de los textos. Una mañana Mattia se dirigió al monasterio, con grandes donaciones como de costumbre y se quedó un rato hablando con Marco, el monje inocente de las intenciones de su amigo, lo invito a pasar al salón de copiado y le ofreció algo de tomar, Mattia se sentó cerca de la ventana desde donde se contemplaba un campo lleno con inmensos manzanos y comenzó a charlar sobre el estado de las cosechas, el ganado, y pregunto por la hermana de Marco, Antonella quien tenía días enferma. Marco se ausentó del cuarto un momento mientras que se dirigía a buscar un poco de vino para ofrecerle al invitado. Mattia mientras tanto aprovechó para mirar en los libros secretos, y la información que le llegaba al monasterio directamente del Vaticano, descubriendo cosas absolutamente increíbles para él, cosas que terminaron de quebrantar su fe. En esos papeles además de información sobre las sagradas escrituras se encontraba información de lo que habían hecho con autores de algunos de los libelos publicados en los últimos meses.

    Cuando Marco regresó, brindaron por la salud de Antonella, porque Dios bendijera las cosechas, y rápidamente Mattia lo transportó a temas más actuales, preguntó por la serie de gacetas que habían estado apareciendo atentando en contra del papa y la iglesia, la respuesta de Marco fue simple y cortante:“Todo aquel que atente contra el papa que es el máximo representante de Dios en la tierra será castigado tanto por el Señor como por las leyes, realmente no se que ha pasado con las gacetas sólo sé que tienen una semana que han cesado, tal vez Dios iluminó sus corazones y les otorgo el arrepentimiento”; la verdad era otra, si Marco la conocía o no, se volvió irrelevante. Mattia se retiró, con rabia en su corazón y tristeza porque no hay nada peor que perder la fe en algo en lo que creías con todo tu ser.

    Al volver a casa, Mattia escribió su primera gaceta, donde contaba que había ocurrido con los escritores de las anteriores gacetas, donde explicaba como les habían arrancado la lengua, cortado las manos y dejado a sus familias en la calle, sólo por opinar diferente, sólo por reproducir la verdad, por propagar las noticias que recibían de Alemania, en las cuales según la interpretación de Lutero de la Biblia todos los cristianos eran sacerdotes sin necesidad de ninguna ordenación especial y negaba la autoridad suprema del papa sobre la cristiandad universal. Se criticaba así mismo los numerosos sacramentos de la Iglesia Católica, y afirmaba también que los poderes civiles debían tener plena autoridad política sobre la Iglesia Católica. Las gacetas de Mattia se convirtieron en las más temidas por la iglesia, la recompensa para el que denunciara al autor de las mismas, era gigantesca, una pequeña fortuna.

    Gracias al dinero de Mattia, su identidad había permanecido oculta, siempre pagaba para que las gacetas fueran lanzadas en la plaza publica de madrugada, y nadie lo había descubierto. Mattia mantenía las publicaciones en su cuarto hasta que las entregaba para ser repartidas. Una noche después de terminar su gaceta, se fue a un bar, le hacía falta vino, y e; calor de una mujer bella que lo complaciera. Al entrar al bar se sentó en la barra, pidió una jarra de vino y se sirvió un trago, y al voltear la vio, bella, sensual y con cara de ángel, había entrado al bar, la mujer que él debía llevarse a la cama esa noche, con un cuerpo de sirena, con unos labios de cereza, se aproximó a la barra, Rosalía, la perdición de Mattia.

    Él la invito a un trago, la sentó a su lado, y al cabo de pocas palabras, la tomó por la cintura, la acercó a él, sintió su aliento, le habló al oído, y la sacó del bar, la llevó a su casa, a su cuarto y a su cama, donde le arranco la ropa rápidamente, la beso completa con ternura y pasión, nunca nadie la había besado de esa manera, se monto sobre ella con delicadeza pero con mucha fuerza, y la hizo suya, esa noche Rosalía no se perteneció, esa noche fue de Mattia, hicieron el amor por horas hasta quedarse dormidos del cansancio, uno al lado del otro abrazados, cuando Rosalía se despertó, sintió curiosidad por ese hombre del que no sabía absolutamente nada, y empezó a pasearse por la habitación en busca de respuestas.

    Primero examinó el cuarto con detenimiento, era inmenso y se notaba la antigüedad de la casa, le recordaba a la casa de sus abuelos en Florencia, luego paso por los cajones donde guardaba la ropa. Observo las paredes, lo cuadros eran impresionantes, valdrían una fortuna seguramente. Un gusto impecable se vio reflejado en cada pieza de la casa, luego se acerco al escritorio, Mattia era un hombre muy solicitado, habían muchísimas cartas en el. Para su sorpresa descubrió que muchas de esas cartas provenían de Alemania con información de Lutero. Luego vio las famosas gacetas por las cuales Mattia moriría.

   Rosalía se vistió rápidamente, y se fue mientras él aun dormía, iba por la recompensa que valía su cabeza. En el camino a la comisaria, Rosalía no podía evitar sentirse culpable, iba a llevar a aquel hombre a la muerte por dinero, a ese hombre que la trato con cariño y le ofreció una noche maravillosa, antes de terminar de pensarlo estaba hablando con las autoridades y contándoles la historia de ese caballero que ella jamás olvidaría. A Mattia lo despertaron los oficiales tumbándole la puerta, lo arrastraron semidesnudo fuera de su casa, lo esposaron y lo subieron a una carreta, llevándolo a la plaza pública donde lo colgaron por traidor, lo último que vio fue a Rosalía entre la multitud diciéndole “adiós”.

¿Conoces la felicidad?

      Yo la conocí, tenía cuerpo de hombre, la miré de frente, y me besó en la boca, me besó con pasión, me sostuvo entre sus brazos, sus brazos, aún los recuerdo, yo quería aferrarme a ellos con todo la fuerza de mi alma, mientras me besaba, yo abrí los ojos, lo miré, era un sueño hecho realidad y en ese momento sentí que lo amaba, y en realidad lo hice. Miré a mi alrededor, casi pude observar los segundos pasando, la brisa sobre mi cara me decía que el tiempo se nos iba consumiendo lentamente, todo acabaría, sentí como lentamente fue soltándome, sentí como tristemente nuestro beso iba terminándose.

Entonces me besó en la frente, y me dijo que volvería, pero que no esperara encontrar la felicidad en ese mismo cuerpo, que sería en otro en el que volvería, me sonrió tiernamente mientras se alejaba. Yo corrí hasta él, lo detuve, y cuando lo tuve de frente, le dije que me regalara solo otro minuto de felicidad, lo miré fijamente, en esos ojos en los que podría perderme y ahora fui yo quien lo tomé entre mis manos y lo besé, lo besé con todo, en ese beso se fue mi alma, sabía que era el último, así que para que negar ya que lo amaba.

    Transcurrió el minuto, los segundos se sintieron pasar rápidamente, al acabar el beso, lo miré de frente, lo abrace fuerte, y le susurre al oído, un dulce "te amo", como yo jamás lo había dicho. Ambos sabíamos que debía marcharse, que nada dura para siempre, cuando se iba, él volteo y ahora era yo quien sonreía, ya que él se fue con la promesa de que volvería.

viernes, 14 de octubre de 2011

Indescriptible.

    ¿Alguna vez has sentido algo indescriptible¿Algo tan grande que te consume y que no puede resumirse en palabras? Eso fue lo que Ben sintió esa noche al pasar la mano por la cálida mejilla de Cristina y sentir lo frío de una lágrima que se deslizaba lenta y destructivamente por su piel de porcelana. Él pudo ver en sus ojos como se desvanecía el brillo que los caracterizaban y sabía porque. Había roto la única cosa en el alma de Cristina que no podría reparar. 


    Ya nunca más ella lo vería como su príncipe, ya no sería un cuento de hadas, todo se reducía a ese instante, ese desgarrador instante en el que el mundo se detuvo, su corazón dejo de latir, su mano se puso tan fría como la lágrima y su respiración se esfumo, sintió que le arrancaban el alma, en ese instante estuvo muerto. Luego ese instante paso como todo en la vida, la respiración se normalizó, sus manos retomaron su calidez pero el ritmo de su corazón nunca sería el mismo. Su corazón y el de Cristina latirían a otro ritmo por el resto de sus vidas, latirían como un corazón roto, dividido en dos cuerpos. Ese instante dejaron de compartir su alma pero siguieron compartiendo su vida. 


    Cristina lo perdonó o al menos ella inocente cree que lo hizo, pero en sus ojos estará siempre el claro recordatorio de que no es cierto y Ben lo nota todos los días. Igual la besa antes de ir al trabajo, igual cada noche hacen el amor, pero ahora sin brillo sin la magia de la ilusión. Sin amor o pasión por la vida, Cristina y Ben continuaron juntos, se adoraban, se querían, me atrevo a decir que se amaban pero nada puede hacerle cara a la decepción de un ser querido, a que la única persona que juro ante Dios nunca herirte te destruya. Puedes seguir adelante pero nunca podrás volver a atrás al momento antes de que todo lo que amaste muriera en tus manos. Al lugar antes de la tormenta.


     Ben nunca volvió a ver a Amanda, no la amaba ni la amo nunca. Pero eso Cristina nunca lo sabría. Ella seguiría mirando por la ventana soñando con su vida de antes, con su sonrisa de antes, sabiendo que nunca más la tendría. Mirando a su marido y preguntándose cada vez que él se pierde en sus pensamientos, si se estará encontrando con ella, si la estará abrazando otra vez, si la está besando en sus sueños justo a su lado. Y la verdad nunca lo sabría.